domingo, 12 de agosto de 2007

De Música y Pintura

A veces sucede que ciertas ideas se sincronizan y se confirman...
En Marzo o Abril, escribí el siguiente texto referente a la última serie de trabajos expuestos en Paraguay:
"Superpongo frecuencias, ritmos, mutaciones, colores.
Incorporo y postergo instrumentos que improvisan y se pierden en líneas discordantes, para reencontrar, en el límite, el retorno al origen, al "tema" inicial.
Es un total orgánico donde se transparentan planos armónicos de existencia y organismpos en desarrollo.
Mi pintura es Jazz-rock!"
Nada es más gratificante que la experiencia de saber que la energía que se ha entregado en una obra, que su lenguaje, ha sido entendido por otro ser ¿el público? Suena un tanto frio, más bien una persona, una sola, que sea capaz de pasar frente a tu trabajo, detenerse, mirar y dedicarse sólo a mirar... por unos instantes, te hace entender que el impulso e intuición presente en ese trabajo en particular, tocaron a un "otro".
Conversando en la galería, el día de la inauguración, nos acercamos con un invitado, o más bien un "pasante" (pues la galería es abierta y da a un pasillo de libre circulación) a una de las obras, Un pó di fumo, y me preguntó:

-Tu obra tiene mucho que ver con la improvisación verdad?
Claro, digo yo, trabajo generalmente escuchando jazz, sobretodo fusión, y esta serie de obras tiene que ver con eso.
-Entiendo, es ir trabajando con los elementos que encuentras y darles un sentido y sentimiento
Es así, estas obras se construyeron con los retazos o restos de la construcción de las otras pinturas o con dibujos de etapas o épocas de creación anteriores; entonces juntas, pegas, reconstruyes... improvisas... te muestras.

Esta reconfortante conversación, bastante más larga por lo demás, es suficiente para sentir que tu obra es sólida en su lenguaje, que las líneas y colores, invisibles para algunos, han tocado la sensibilidad de un otro y que el efecto en ese otro es armónico.
La dedicación y las horas de taller cobran entonces su real sentido, el círculo se cierra, se ha logrado comunicar...

Muchas gracias a Horacio (el negro) Hernández, cuyo curriculum musical no cabe en este blog (y quien no necesita presentaciones para quien sabe de música), por compartir un momento en la Galería de Arte La Ventana Cemicual en su agitada visita a Chile.

Por cierto, su participación, junto a otros grandes músicos como David Ortega y nuestro Cristián Galvez en el cierre del Drum Fest este sábado recién pasado estuvo espectacular!

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